Viejo pendejo. O sea, me barres con toda la mirada desde que me subo y todavía me sigues viendo por tu espejito. Haz tu trabajo, que ni manejas bien, vamos a chocar y yo tengo que llegar a mi trabajo. Como si no fuera suficiente con todos los cerdos que se suben, disque se caen, que vamos muy apretados y se tienen que restregar contra mí, que tiene que pasar atrás de mi porque ya van a bajar, que no vieron que ahí estaba mi pierna… Hay espacio, y si no que pidan permiso, con gusto me quito con tal de que no me toquen.

Y luego pones esa música. Mejor me pongo los audífonos, no tengo por qué aguantar todo esto.